Ya sea que estés conduciendo tu auto por la noche, vistiéndote para salir con tus amigos o pasando una mañana tranquila con una taza de café, siempre hay una canción o estilo de música que complementa tu estado de ánimo o situación actual. Lo mismo ocurre con tu clase de yoga. La música que tocas o practicas debe reflejar la energía de tus posturas. La música establece el tono y la intención de tu clase. Por ejemplo, ¿quieres concentrarte más en la potencia y la fuerza o en la calma y la recuperación? Piensa en el flujo natural de la clase: la música debe aumentar gradualmente, llegar a un clímax y luego disminuir lentamente durante el resto de la clase.
A mí, personalmente, me encanta la música con un ritmo constante y dinámico. Quiero poder sentir la música dentro de mí. Sé que es un cliché, pero es verdad. Si el ritmo de la canción puede hacer que mueva la cabeza de forma natural en la postura de la silla y me distraiga de mis cuádriceps que arden y del sudor que gotea por mi cara, ¡apúnteme! Como profesora, he notado que cuando las canciones están más "impulsadas por el ritmo", la música fluye mejor entre sí que las canciones basadas en letras, que pueden crear transiciones más entrecortadas entre las canciones. Advertencia para profesores: ¡tengan cuidado con lo que dicen sus letras! Eviten las canciones con lenguaje grosero. ¡Nada de malas palabras ni canciones demasiado tristes sobre rupturas! (¿Se imaginan atravesar una ruptura y escuchar "Stay With Me" de Sam Smith en savasana? ¡Que se llenen los ojos de lágrimas!)
Aquí tienes una lista de canciones para una clase de power vinyasa de 90 minutos. ¡Esta lista de reproducción está pensada para evocar el PODER que llevas dentro e inspirarte a moverte! Está lista para que la escuches y la sigas en Spotify. ¡Ahora te toca a ti! ¿Cuáles son tus canciones favoritas para fluir o moverte? ¿Qué tipo de lista de reproducción de música te gustaría escuchar a continuación?
Con luz y amor,
Publicación invitada de Chelsea Murphy
Además de tomar fotografías de sus perros y mirar Netflix, el mayor amor de Chelsea es el yoga. Baila desde los 3 años, le encanta moverse, hacer ejercicio y alinear el cuerpo, y disfruta incorporando esos elementos a su práctica y sus clases.
