La principal diferencia entre el agua alcalina y el agua normal radica en sus niveles de pH. El agua normal, que normalmente es neutra con un pH de alrededor de 7, no tiene las mismas propiedades de alteración del pH que el agua alcalina, que suele tener un pH entre 8 y 9. El pH más alto del agua alcalina significa que es menos ácida que el agua normal, lo que se cree que ayuda a equilibrar la acidez en el cuerpo. Además de su nivel de pH, el agua alcalina suele contener minerales alcalinos como calcio, magnesio y potasio, que pueden contribuir a los posibles beneficios del agua para la salud.
Otra diferencia es que algunas aguas alcalinas se crean mediante ionización o electrólisis. Durante este proceso, el agua se somete a una corriente eléctrica que la separa en dos corrientes: una ácida y otra alcalina. Luego, el agua alcalina se embotella y se consume, y sus defensores afirman que proporciona una mejor hidratación y otros beneficios para la salud. Este proceso puede dar lugar a grupos más pequeños de moléculas de agua, lo que puede hacer que el agua sea más fácil de absorber para el cuerpo en comparación con el agua normal. El agua alcalina procedente de manantiales naturales también obtiene su pH más alto de entornos ricos en minerales, lo que la distingue aún más del agua corriente o embotellada normal.
Si bien tanto el agua normal como el agua alcalina sirven para hidratar el cuerpo, muchos creen que los minerales adicionales y el nivel de pH más alto del agua alcalina son lo que la distingue. Sin embargo, el agua normal sigue siendo una excelente fuente de hidratación para la mayoría de las personas, y no todos necesitarán o notarán una diferencia al cambiar al agua alcalina.